Sobre un punto especifico de la tierra, permanezco de pié sin mover un solo músculo, concentrado en lo que más quiero y anhelo de este mundo; el viento se mueve de lado a lado y me balancea en su gran atmósfera, las hojas del otoño yacen en el suelo y con la leve fuerza del viento se levantan hasta volar en el espacio, comienzan a danzar a mi alrededor y me elevan flotando en un campo abierto, rodeado de naturaleza muerta, con un olor de pino más puro que no existe en otro lado...!* Y mi vuelo sobre el océano es algo sin expliación, un mar de infinitos colores que cambian cual caleidoscopio en las pupilas de un niño de 7 años, inocente y sin sentido de la vida que todo lo ve a juego y elemental. Mi vuelo es en la mente de ese niño, pues en mi vida no puede ser realizado dicho vuelo majestuoso. En la mente de un niño...!*
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